Buenos días a tod@s!
¡Gracias por la aceptación del primer
artículo de D. Demetrio Galán Bergua!
Esta semana, tal y como os avancé en la pista la semana
pasada, vamos a recuperar el artículo que publicó D. Demetrio el Domingo 20 de Agosto de 1961.
¡Espero que os guste!
CANTADORES CÉLEBRES: RAMON BARECHE
ESQUES
LA MODESTÍA DEL
CANTADOR.
Nacido en La Perdiguera (Huesca), el 15 de
Septiembre de 1910, este cantador, que todavía cantaba con arrestos de juventud
y de talles de buen jotero, es uno de los hombres más modestos que he conocido.
Tal vez por esta modestia suya, que le aferró a la idea y decisión de no
presentarse a ningún Certamen Oficial, en los que, infundadamente, temía al
fracaso, su recia personalidad de cantador no ha llegado a lo que otros, con
menos méritos, llegaron. Pero la realidad es que cuando este año le oí cantar
en el Teatro Calderón de Madrid, con motivo de la imposición de la insignia de
oro de la “Peña Amigos de la Jota” a Jesús Gracia, me quedé perplejo ante un
hombre que a los 51 años de edad “decía” la Jota con voz clara, matiz perfecto,
y una rasmia y un sabor que para sí lo quisieran muchos de los que en los
últimos cincuenta años han presumido de figuras.
Pronto, el maestro Fidel Seral, de Huesca,
vio en él una promesa y lo incluyó en el grupo de sus discípulos predilectos.
Al cabo de pocos años ya formó parte en los cuadros en los que destacaban como
primeras figuras las célebres cantadoras oscenses Camila Gracia y Gregoria
Ciprés, discípulas, como él, del jotero Seral. Pero Ramón Bareche, esclavo
siempre de su modestia, dejó pasar el tiempo sin ponerse a prueba en un
Certamen Oficial. Este fue su error, porque del mismo modo que en Madrid, en el
Teatro Price en el año 1932, en el concurso en cuyo jurado figuraban nada menos
que el insigne maestro Pablo Luna y el inmenso Miguel Fleta entre 21
cantadores, obtuvo el segundo premio, siendo el primero para el gran cantador
de Épila, Francisco Rodríguez, no era ninguna aventura peligrosa el presentarse
en Certamen Oficial de Zaragoza, y, probablemente, estando en su mejor forma,
fácilmente hubiera logrado uno de los primeros galardones, y, como él, el paso
a una mayor celebridad.
JOTERO RONDADOR
Ramón Bareche, desde los catorce años de
edad, ya se distinguió por la gracia con que cantaba las Jotas de ronda en su
pueblo natal. Luego durante muchos años, fue el cantador más solicitado por
todos los ayuntamientos de la provincia para formar parte, con éxito rotundo,
en los más variados festivales, destacando, sobre todo, su genial dote rondador
y su facilidad y gracia para concebir
las más ocurrente coplas alusivas. Por
esto, en el sufrido anecdotario de la Jota cantada, Ramón Bareche figura junto
a los joteros más espontáneos e ingeniosos.
LAS “SALIDICAS” DE
RAMÓN BARECHE
El popular jotero de La Perdiguera llevó fama
por su rápida inventiva en las coplas improvisadas y alusivas, especialmente
cuando alguien, conociendo esta cualidad, muy unido a su amor propio, le daba
pie para soltar el chorro inagotable de su humorismo, que, en tales casos,
tenía carácter de lógica revancha.
Voy a dar a conocer dos coplas de este tipo,
entre las muchas que podríamos recordar. He aquí uno de los hechos. En la villa
de Graus, cierta noche pasaba la ronda tañendo y cantando por las calles de la
localidad. A la cabeza del grupo rondador iba nuestro jotero dispuesto a
cantarle hasta al lucero del alba. En esto, una mujer –poco agradecida, por
cierto-, asomada a un balcón, junto a varios mozos y mozas, con voz potente y
sin recato alguno, inundó la calle, al exclamar, dirigiéndose a Ramón:
“¡Válgame Dios, qué cantador más feo!”. Oír aquello el jotero, plantarse ante
la casa, detener la rondalla para que siguiera su ejemplo, exprimir su meollo
“coger entrada”, y espetar esta copla,
todo fue uno:
Me dices que yo soy feo;
que tú lo eres, ya lo sabes.
El consuelo que me queda…
que semos los dos iguales.
Las risotadas fueron generales. Allí todo el
mundo celebró la “salidica”. Y como en Aragón “semos” así, hasta la atrevida e
incitadora pero bueno mujer río a carcajadas.
En otra ocasión, el alcalde de Tamarite de la
Litera, que conocía el “humor” de Bareche, y sabía que si se le pedía con
exigencia demostraba no tener pelos en la lengua, reunión en el Ayuntamiento a
los joteros de aquel año, con el exclusivo objeto de soltarse con la Jota. Sonó
la rondalla, cantaron unos y otros su correspondiente copla, y llegó el turno a
Ramón Bareche que, como figura destacada, habría de cerrar el acto. Y díjole el
alcalde: “¡Ahora, te toca a ti, Ramón. Pero no una sola copla. Te pido dos o
tres, por lo menos. Vas a complacerme, ¿verdad?”. La contestación a petición
tan correcta no se hizo esperar. Tres magníficas tonadas brotaron de la recta
garganta del cantador. Los grandes aplausos de los allí reunidos fueron
interrumpidos por el alcalde que, puesto en pie, con premeditado aire de
emperador, se dirigió de nuevo a Bareche para decirle: “Esta bien, pero ahora
quiero… la despedida. Así que ya lo sabes: ¡A cantarla!”. Bien sabía el alcalde
lo que busca. Y bien supo complacerle el jotero, con esta copla improvisada:
Cuando un alcalde me pide
contesto con güenos modos;
pero si esije, le doy…
con la guitarra en los morros.
Pero Ramón Bareche no pasó de hacer un ademán
significativo, agarrando la guitarra de uno de los del grupo, y levantándola
amenazadora ante el alcalde de Tamarite. La copla, que tuvo un gran éxito
mereció en insistente y cálido aplauso de la primera autoridad, y fue
jocosamente comentada en la provincia de Huesca.
Demetrio GALÁN BERGUA.
La semana que viene recuperaremos la
publicación referida a un cantador zaragozano nacido en Rueda de Jalón y que
pasó gran parte de su vida en la cercana localidad de Torres de Berrellén.
El 12 de octubre de 1933, el gran Miguel
Fleta le dijo tras actuar: “Me has hecho llorar. ¡Qué gran tenor lírico
serías!”
¿De quién hablamos?
Sergio Sanz Artús
No hay comentarios:
Publicar un comentario