Buenos días a tod@s!
Vamos a retomar las publicaciones de la
temporada pasada, recordando y compartiendo con todos vosotros los artículos
que el gran D. Demetrio Galán Bergua
publicó en Heraldo de Aragón entre el 13 de
agosto de 1961 y el 13 de enero de 1963.
A la amabilidad de HERALDO debemos el poder ofrecer
a los lectores y seguidores de nuestro blog la transcripción de esos artículos,
indicando que contamos con la oportuna cesión, en exclusiva, de los derechos de
reproducción, cedidos por su Archivo.
Esta
semana, nos vamos hasta la localidad de Fuentes de Ebro para recordar a Blas
Larrayad “El Pitorro”, y cuyo artículo fue publicado el Domingo 17 de Septiembre de 1961.
BLAS LARRAYAD, “EL PITORRO”, DE FUENTES DE EBRO.
LOS PITORROS
El origen del
apodo <<Pitorro>> data del día en el que se casaron los abuelos de
Blas Larrayad famoso jotero de la villa de Fuentes de Ebro. Cuando la feliz
pareja, después de contraer matrimonio, salió de la iglesia de Fuentes, todo el
vecindario tuvo ocasión de admirar la atractiva figura de los recién casados
que eran dos magníficos ejemplares de constitución física, de reciedumbre,
simpatía y prestancia baturra. Pero lo que más llamaba la atención era la
elevada estatura de ambos, lo bien plantados que quedaban cuando se detenían
para corresponder a los saludos de la gente, y, sobre todo, lo derechos que
iban cuando caminaban hacia su domicilio. Ante aquellos buenos mozos, el
comentario de los espectadores fue unánime. Pocas veces se ven parejas semejantes.
Y, naturalmente, entre las ocurrencias – todas gratísimas- de unos y otros, no
podía faltar el aragonés humorista que exclamó: <<¡Alabaú siá Dios, que
tiesos y que drechos van los dos! ¡Si paicen talmente dos pitorros!>>. Y
ya, desde entonces, el abuelo de Blas fue <<Pitorro>>; el padre,
<<Pitorro>>; <<Pitorro>>, él; un hermano suyo que no ha
podido llegar a <<Pitorro>> y le llaman <<Pitorrico>>;
y el hijo de Blas Larrayad, que tiene treinta y tres años y, hasta ahora, en
<<Pitorrico>> se ha quedado, pero que ascenderá de categoría
<<Pitorril>> el día que el actual jefe de la dinastía deje de
existir, cosa que a Dios pedimos tarde mucho, aunque a juzgar por su temple,
fortaleza, animo, salud a prueba, alegría y optimismo, lleva trazas de hacerse,
por lo menos, centenario.
<<PITORRO>>, EL JOTERO
La figura jotera
de Blas Larrayad ha sido – a mi modo de ver ciertas personalidades
representativas- la de un verdadero arquetipo. Quizá por su complexión
ciclópea, amplio tórax, testa impresionante, brazos fuertes y musculosos y
remos inferiores hercúleos y bien posados, de la impresión de un ejemplar
vasco. Pero aparte de su físico o estampa corporal que, un poco menos grueso –
tirando a enjuto-, podría compararse a uno de los más selectos tipos aragoneses
pirenaicos, todo en él corresponde a un hombre que rezuma baturrismo sano, de
pura cepa. Es noble en todos sus actos; es seco y dura al hablar cuando ha de
regir sus actividades, pero se torna afable, cariñoso en su vida afectiva junto
a familiares y amigos. Y, como jotero, es humilde, sencillo, modesto,
asequible, condescendiente, prodigo cuando llega la hora de complacer. En el
campo de la Jota es un admirable intérprete de las tonadas clásicas. Canta sin
afectación, con naturalidad, sin alarde alguno, sin <<pose>> de
divo, sin petulancia.
La voz de <<
Pitorro>> a sus sesenta y dos años, no es, lógicamente, la misma que la
de hace varios lustros; menos, todavía, como la de su juventud, pero conserva
cierta frescura y no deja de cantar con brío, ajuste y afinación. Por su
fraseo, por su matiz en la expresión, nos recuerda a Cecilio Navarro.
©Archivo Heraldo
de Aragón
AQUELLA NOCHE
La última vez que
oí cantar al <<Pitorro>> fue hace dos años, en Fuentes de Ebro. Se
organizó una rondalla a base de guitarras y requintos tañidos por los veteranos
Clavería, Baldovino, Blas Ramón y Cerezo, con editamiento de la pandereta
magistralmente manejada por el <<Naico>>, y el
<<Pitorro>> al frente. Con ellos, y en unión de autoridades,
vecinos y forasteros, tuve el placer de recorrer la villa desde media noche
hasta el alba. Fue una noche memorable. En cada esquina, calle, plaza, plazuela
y rincón, una parada y el <<Pitorro>> en acción, animoso, seguro,
maravilloso, incansable, desgranando copla tras copla las exquisiteces de su
repertorio. La Jota de ronda triunfaba, en su Meca. Las mozas de Fuentes,
guapísimas, alegres, sonrientes, dichosas al ser gratamente sorprendidas, se
asomaban a ventanas y balcones. Algunos viejicos y viejicas dejaron el lecho
añorando felices tiempos lejanos. Las dueñas de casa abrían los portales para
allí obsequiarnos con bandejas de pastas y vino rancio en jarras y porrones.
Los chiquillos, saltando de gozo, se unían alborozados a la manifestación
popular. Una completa y típica noche de ronda aragonesa que durante más de dos
horas nos llenó de satisfacciones, de emociones, de recuerdos…
Amanecía ya. El
manto de la aurora se extendía con su claror sobre la villa jotera. Aquella
jornada, reciamente representativa de Aragón dio fin ante la casa nativa del
incomparable jotista Santiago Lapuente. El <<Pitorro>>,
visiblemente emocionado, elevando su testa que la luna plateaba, rasgo el aire
tibio de aquel despertar del día para ofrendar a la memoria del que fue su
maestro esta copla dictada por el alcalde de Fuentes.
En jotas
aragonesas
ganarnos que nadie
cuente
porque aquí dejo
su savia
el gran Santiago
Lapuente.
AUTOBIOGRAFÍA
De tal magnitud
espiritual, de tan insólita afición, de tanta significación racial y
ejemplaridad personal son las declaraciones con que a mi interrogatorio ha
respondido el veterano cantador de Fuentes de Ebro que, sin dudarlo, voy a
reproducirlas íntegramente en la <<Galería de la Jota>> de Heraldo
de Aragón.
<<Blas
Larrayad Molinos>>. Nací en Fuentes de Ebro, el día 30 de Julio de 1899.-
desde niño sentí gran afición por la Jota, recibiendo las primeras lecciones de
nuestro inolvidable gran jotero Santiago Lapuente. Debuté oficialmente en el
Teatro Parisiana de Zaragoza.- A la edad de veinte un años, cumpliendo el
servicio militar en Barcelona, fui llevado por mis jefes al Hipódromo, donde
canté al Rey Alfonso XIII, quedando su Majestad profundamente emocionado al
escuchar nuestra bendita Jota, ordenando a continuación se me concediese un mes
de permiso. Actuó la Banda de Música de Cazadores, y entre otras coplas
dedicadas al Rey y oficiales entoné la siguiente:
Por defender mí
patria
a mi madre
abandoné.
Qué pena pasa el
que tiene
dos madres que
defender.
Allí, en
Barcelona, seguí cantando en el Centro Aragonés durante dos años, todos los
sábados sin interrupción, alternando con otras actuaciones en el Teatro Apolo.-
Posteriormente recorrí todo Aragón y la mayor parte de las provincias
españolas.- En el año 1928 fui invitado por los mozos del barrio de Montañana,
en donde permanecí dos días, cantando durante las cuarenta y ocho horas, una
copla por cada torre – unas doscientas cincuenta-, acompañando de la rondalla
de Florencio Santa María.- A la entrada de la plaza canté la copla clásica que
atronó el espacio y a todos puso los pelos de punta:
En la plaza se oye
gente
y en la plaza
hemos de entrar;
pena de la vida
tiene
aquel que se
vuelva atrás.
Ni que decir tiene
que en la plaza entramos todos. ¡Eso hubiera faltado!. Y se nos recibió con una
gran ovación.
En Quinto de Ebro,
haya por el año 1919, estaba terminantemente prohibido salir a cantar o a
rondar por las noches. Una vez, a las dos de la madrugada, cogí mi guitarra y
en solitario fui cantando hasta llegar a la puerta del alcalde, que entonces
era Don Blas Abenia, dedicándole esta copla:-
Esta noche rondo
yo,
haga claro o haga
nublo,
y he de romper la guitarra
en la cabeza de
alguno.
¡Se armó una
tremolina!... Varios vecinos salieron a la calle, otros se asomaron a los
balcones, acudió el alguacil, intervino el alcalde y cuando ya estaban a punto
de detenerme sonaron grandes aplausos para mí, me dejaron en liberta, y así se
remató el asunto.
Hoy, a mi edad, me
considero con más afición que nunca, y estoy dispuesto a cantar y a defender a
mi Jota donde haga falta. No me hago ilusiones, pero creo que aunque me quedan
muchas facultades. ¿Qué no canto como cuando era mozo?... Bueno… ¿Y qué? Pero
me apuesto cualquier cosa a que nadie pone más cariño, más corazón y más alma
que el <<El Pitorro>> cuando se dice: <<¡A rondar se ha
dicho!... Y que no me vuelvo p’atrás ni que llueva, ni que nieve, ni que caigan
esbuzos>>
Estas son las
interesantísimas declaraciones de <<El Pitorro>>. Y para colofón,
éstas son sus últimas palabras:
-
A mí me faltó mi madre siendo
joven. Pero otra madre me recogió y ésta sí que la tendré hasta que me muera.
Mi madre hoy es… ¡La jota aragonesa!.
Demetrio GALAN BERGUA.
El próximo artículo va dedicado a una de las
grandes cantadoras de toda la historia, nacida en 1900.
Si os digo que se casó con el “Trajinerito”,
¿sabríais decirme de quién estamos hablando?
Sergio Sanz Artús