jueves, 5 de febrero de 2015

PEDRO NADAL "El Royo del Rabal"

Buenos días a tod@s!

Hoy volvemos a publicar un artículo del gran D. Demetrio Galán Bergua.
Esta vez, nos deleita con un artículo dedicado al gran Pedro Nadal, más conocido como el Royo del Rabal y que tantas y tantas coplas ha cobijado en su título.
Artículo publicado el 15 de octubre de 1961 y dedicado al Royo del Rabal

GALERIA DE LA JOTA
CANTADORES CÉLEBRES: PEDRO NADAL, “EL ROYO DEL RABAL”

UN SÍMBOLO DE LA JOTA
No sé, con el transcurso de los siglos, lo que será de la Jota aragonesa. Para los agoreros-pesimistas que sistemáticamente profetizan lo malo, lo falta, hace ya muchos años que la Jota está condenada a morir. Los escépticos, los que no saben o no quieren ver en ella una maravillosa manifestación lírica regional, dicen que la Jota, como  muchas de nuestras melodías populares, quedará limitada a espectacularizarse pobre y esporádicamente en muy contadas ocasiones. Los insensibles, los que no la sienten ni comprenden, la consideran con poca fuerza sugestiva para perdurar, y solo le reservan un triste porvenir con vida lánguida y precaria. Para mí -y lógicamente, para todos sus amantes y defensores-, la Jota, con toda su pujanza y con todo su encanto, será eterna. Pues bien: ocurra lo que haya de ocurrir, en la historia del canto regional aragonés figurará siempre la evidencia de que en la segunda mitad del siglo XIX existió un personaje que, con carácter imperecedero llegó a convertirse en un símbolo inmortal. Un cantador que, en la iniciación del florecimiento de la Jota, la interpretó en forma hasta entonces desconocida; un jotero popular que surgió avasallador en el ambiente zaragozano, que enfervorizó y exalto a las masas ciudadanas, y que no tardó en ser admirado por todo Aragón, traspasando su fama nuestras fronteras regionales. Este coloso de la Jota fue Pedro Nadal, asustero de la acequia del término del Arrabal de Zaragoza, popularmente llamado “El Royo del Rabal” nacido en octubre de 1845 y fallecido en mayo de 1905.

LA FIGURA DEL “ROYO”.
No es posible incluir en esta breve sección de HERALDO DE ARAGÓN, destinada tan sólo a recordar concisamente a los más celebres cantadores y cantadoras de Jota, la extensa y enjundiosa biografía del celebérrimo rabalero. El historial del “Royo”, se presta a confeccionar una larga novela plena de realismo y pródiga en facetas interesantísimas. Como cantador, sabemos que fue “único”; sin duda alguna el de más acusada personalidad de todos los tiempos. Once años tenía yo cuando él murió. No le conocí, pero ya mi padre, entonces y después, me habló con entusiasmos de sus asombrosas facultades y de la enorme diferencia existente entre su “modo” de cantar y el de los que en su última época comenzaron a destacar como grandes joteros. La magnífica escuela de Santiago Lapuente reflejada en los prodigiosos José Moreno y Juanito Pardo  y las sensacionales revelaciones de Cecilio Navarro y Miguel Asso se prestaron pronto a que los jotistas pretendieran establecer algunas diferencias y admitir determinadas analogías entre éstos y aquél. Pero ello carecía de sólido fundamento, porque Pedro Nadal no puede comprarse con nadie, mejor dicho: nadie puede compararse a él. Fue diferente a todos los que le precedieron, a sus contemporáneos, y a los que le sucedieron. Aparte de que por su voz, por su natural empaque, por su intuición, resultó inimitable, aquellas “zaragozanas puras” y aquellas “femateras” que él cantaba, nadie ya las ha interpretado como él. Cuantos tuvieron la suerte de oírlo en su apogeo, sobreviviendo lo suficiente para apreciar las portentosas interpretaciones de los más destacados cantadores del primer cuarto del siglo XX, nos informaron de que “El Royo del Rabal” era “otra cosa”. No seríamos justos si dejásemos de reconocer que aquellos y no pocos de los actuales han hecho de los estilos antiguos una sugestiva modificación, y de las tonadas modernas una verdadera filigrana. Pero las frases cortadas, la sencillez, la belleza, la naturalidad, los “arranques” y el brío espontáneo que los más competentes nos han recalcado como peculiarísimos en Pedro Naval, “suyos” fueron y de nadie más. Yo, solamente voy a dar un detalle elocuente. He oído cantar a los mejores joteros de Aragón, en lo que va de siglo: he repasado la mayor parte de sus tonadas transcritas al pentagrama, sus grabaciones gramofónicas, y algunas que están inéditas todavía: y he quedado admirado de la variedad de ciertas colecciones suyas y  del primor con que interpretan la mayoría de ellas. Pero también he llegado a la conclusión de que en el caso concreto de las que con predilección cantaba “El Royo del Rabal”, con los informes que de él tengo, y apoyándose en la forma de cantar de sus sucesores, no puede ser, en modo alguno que, por lo menos, cuatro o seis estilos, los cantase él como los han cantado los demás. Bien significativo es, por tanto el detalle de que sean contadísimos los joteros del siglo que han interpretado la “fematera del Royo” la “zaragozana pura del Royo” y otras que figuran transcritas como su exclusividad, con esas características a que antes me he referido. En fin, yo, sinceramente creo que la Jota se ha llegado a cantar con más maestría y perfección que el sabor, reciedumbre y naturalidad que él la cantaba, sobre todo aquellos estilos que el rabalero hizo populares con estas coplas que figuran en el Cancionero:
Aunque pongan en el puente
un cañón de artillería,
tengo de pasar a verte,
rabalera de mi vida.

Quisiera pasar el Ebro;
me lo impide la “arbolera”,
si no me alarga la mano
una niña rabalera.

Un consejo voy a darte
pa que vivas mucho y bien,
y es que no hagas en tu vida
lo que mande tu mujer.

De las Jotas de Aragón
ninguna tan verdadera
como la que canto yo
llamada la “fematera”.

GAYARRE Y EL “ROYO”
Julián Gayarre, el inmenso tener navarro, “El ruiseñor del Roncal”, tras de curarse de una grave fiebre tifoidea, hizo promesa –en acción de gracias-, de visitar a la Virgen del Pilar, aprovechando la primera ocasión que tuviese. Esta ocasión se presento a su regreso de un viaje a Italia y coincidiendo con una actuación suya en Zaragoza. Durante su estancia, en honor al tenor de fama mundial se organizo una ronda de tañedores y cantadores zaragozanos que a media noche hizo su aparición ante el hotel donde se hospedaba el divo. Y fue “El Royo del Rabal” el encargado de interpretar varias coplas alusivas que entusiasmaron a Gayarre. Para salutación le brindo ésta:
Al compás de la guitarra
y de canto popular
te saluda humildemente
el Royo del Arrabal.

Pero faltaba la despedida, y para este fin, el rabalero eligió un estilo en una de cuyas frases finales alcanzaba el “re” sobreagudo, manteniéndolo en un discretísimo calderón- como únicamente cabe admitirlo-, y fue entonces cuando el tenor de la garganta misteriosa quedó perplejo y fuertemente impresionado ante aquel alarde de facultades y seguridad con que cantaba el famoso jotero aragonés. 

©Archivo Heraldo de Aragón

LA COPLA DEL INDULTO.
Pedro Nadal, por motivo que no precisa mencionar aquí, estuvo preso en la Cárcel de Zaragoza. Sólo diré que las atenuantes fueron unánimemente reconocidas, que el pueblo sufrió un enorme trauma moral, y que un ilustre personaje zaragozano, que fue ministro de Ultramar, íntimamente afectado por lo ocurrido, se propuso facilitar, lo más rápidamente posible, el indulto del “Royo”. Una circunstancia favorabilísima no tardó en presentarse. Alfonso XII, después de su casamiento con la reina Mercedes, hizo estancia en Zaragoza. Alguien, tal vez la personalidad citada, insinuó la idea de que el Monarca visitase a los presos de la Cárcel de nuestra ciudad. Logrado, al fin, que esta visita se realizase, lo cierto es que al pasar el Rey frente a la celda que ocupaba Pedro Nadal, éste, tras las rejas, con potente voz y maravilloso estilo inundó el ámbito de la prisión con la célebre copla:
Soy el Royo del Rabal,
el cantador de Aragón.
Y a su Majestad le pido
Me saque de esta prisión.
Indudablemente, el contenido de la cuarteta, la recia figura del rabalero, y el poder sugestivo de la Jota impresionaron vivamente a Alfonso XII y, al poco tiempo, el preso recobraba su libertad.

OTRAS COPLAS CÉLEBRES.
Si antes de ingresar en la Cárcel ya era famoso, como intérprete de la Jota, el “Royo del Rabal”, a partir de este hecho curiosísimo que el pueblo lo comentó con pasión, lo saturó de romanticismo y lo colmó de sentimentalismo, este excepcional jotero se destacó con la figura más interesante entre los cantadores de su tiempo y se convirtió en un verdadero ídolo de las multitudes. Cuando el rabalero fue apresado, en aquellas circunstancias tan propicias a la inventiva de los desocupados, a la fantasía popular y al desahogo de los poetas, salió a la calle una copla alusiva coincidiendo, probablemente, con su traslado a la Cárcel atravesando, precisamente, la ribera del Ebro:
Al Royo del Arrabal
lo llevan por la Ribera:
no lo llevan por ladrón,
que lo llevan por tronera.
Ni por tronera, ni por ladrón estuvo en presidio el Royo del Rabal. Sé de él que era lo que se dice “todo un hombre”, dado al rumbo y a la majeza. Y sé, también, lo que en más de una ocasión nos aseguró otro célebre cantador, “El Tuerto de las Tenerías”, al referirse al “tropiezo”, que llevó a la Cárcel a su compañero en lides joteras. Nos decía “El tuerto”: “El Royo”, era un aragonés fuerte, a veces violento, pero nunca de malos instintos. Fue una buena persona, pero tenía el defecto de ser demasiado valiente… Por eso le pasó lo que le pasó. Un cobarde, en su caso no hubiera ido a presidio”.
En fin, la poesía popular, al Royo del Rabal, en vida, le dedicó esta copla, entre otras varias:
Canta, Royo, de las tuyas,
echa una zaragozana,
que la Virgen del Pilar
si no te oye se desgana.
Y cuando el 11 de mayo de 1905 dejó de existir, no faltó quien legó a los joteros de Aragón esta otra copla que fue cantada durante algún tiempo:
Un día del mes de mayo
murió el Royo del Rabal
¡Que Dios lo haya perdonado!
Nadie le gano a cantar.

Demetrio GALAN BERGUA.

La próxima publicación de nuestra sección “El Heraldo de la Jota” estará dedicada a un gran cantador bilbilitano, que fue conocido como el “Sansón” de Zuera. ¿Me sabríais decir su nombre?
Sergio Sanz Artús

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