lunes, 17 de enero de 2011

La Rondalla

Desde este momento, y semanalmente, abrimos esta nueva sección dentro de nuestro nuevo blog del grupo D’Aragón.

La creación de El baúl de la jota nace por el interés de difundir y recopilar los mejores temas dentro de nuestro folklore, recogidos, bien en nuestro foro o bien en nuestras bibliotecas personales.

En primera instancia, personalmente, he creído necesario hablar sobre la Rondalla, esa parte tan poco valorada por todos en general, y cuya existencia es indispensable y primordial para la materialización de nuestros sentimientos recogidos en nuestro folklore.

El siguiente texto ha sido tratado con el mayor respeto posible y fundándome en varios libros de historia, pero sobre todo, recoge un artículo redactado por D. Jorge Sánchez Candial, antiguo profesor de Rondalla en la Escuela de Jota Aragonesa, que publicó en 1943 en el dossier nº2 de los Anales de la Escuela de Jota Aragonesa.

RONDALLA

La guitarra, en el concierto, saluda en señor y canta la belleza musical. En unión de la bandurria y el laúd, se une a la voz del pueblo y saluda con elegancia a las obras musicales hasta de los más modernos compositores.

¿Cómo surgió la agrupación de bandurrias, laúdes, guitarras y familiares? Un cronista nos revela que desde muy antiguo los jóvenes labradores de las dos parroquias más numerosas de esta ciudad, conocidas por la alta y la baja, o con el mote de la del Gancho y la del Gallo, tuvieron la costumbre de salir a media noche con sencillos instrumentos tañidos por los mismos, con el objeto de cantar al compás de ellos a la puerta de sus queridas (novias), dándoles de este modo una prueba de su constante pasión, y la continua repetición de estos actos dio margen a que los publicase la fama en todas partes, bajo el nombre de “Rondallas de Zaragoza”.

La jota era lo fundamental en estas rondallas y sus variaciones eran el aditamento sabroso a la copla, llenas todas ellas de gracia y difícil ejecución. Pero antes de ésta, interpretaban polcas, valses, redovas a una sola voz, si no había alguno de gran oído que hacía un dúo. Así llegamos tres o cuatro años más tarde, cuando don Tomás Adiego dirigió la rondalla de donde salieron buenos rondallistas.

El 30 de abril de 1985, el maestro Bretón procedió al estreno en nuestra ciudad de su obra “La Dolores”. El día del estreno intervino la rondalla de Orós, para interpretar su famoso pasacalle y Jota.

Después de la función, fue acompañado entre antorchas desde el teatro Principal, para dejarle en la fonda de Europa, bajo cuyos balcones dieron una serenata la orquesta del teatro y la rondalla aragonesa que había actuado también en el acto de la Jota famosa “La Dolores”. Allí en aquella serenata le cantaron a Bretón:

La jota para ser jota
Tiene que ser de Aragón
Y las demás son postizas
Aunque las haga Bretón


Bueno, pues tras esta copla, lejos de enfadarse o enojarse, Bretón dijo: es cierto, es cierto.

El maestro Orós fue el que indicó a Bretón las particularidades que ofrecen las variaciones en la jota aragonesa, cuando escribía su ópera.

La afición a las rondallas iba en aumento y a principios del siglo XX surgió la famosa rondalla Pignatelli, que dirigió don José Tremps.

En el año 1903 y para las fiestas principales de Valencia en el mes de julio, anuncian un certamen de rondallas y allí va nuestra rondalla a disputarse el premio.

Una de las rondallas que se presentó a éste certamen era del mismo Valencia y compuesta por cuarenta ejecutantes. La de Pignatelli era de nueve y el maestro diez. Llevaron como aditamento al gran jotero Juanito Pardo, Benito Álvarez y a la pareja de Alcañiz Teresa Salvo y Francisco Espada. Resultado: Primer premio, rondalla Pignatelli.
Los festivales de jota para el Pilar constituían un éxito apoteósico. Con ella se dieron a conocer los joteros María Blasco, Miguel Asso, Pilar Gascón, Cecilio Navarro y los bailadores hermanos Espada, de Alcañiz; de Calanda, hermanos Berges, Bautista Larrosa y Felisa Barta, Enrique Fraguas, los Moncayo y señorita Navarro.

Después de haber desaparecido las que hemos citado, en 1927 surgió la rondalla zaragozana para tocar la Jota, compuesta por 114 ejecutantes, en el Teatro Principal, dirigidos por Orós, el día 27 de enero, en el que se leyeron trabajos de López Allué, Darío Pérez, Ardavín y Casañal y las coplas premiadas.

Aquel acto fue un acontecimiento en los anales rondallísticos zaragozanos. De allí salió otra rondalla desaparecida, que se tituló “Selección Orós”.

La formación de la rondalla ha quedado en forma de cuarteto, o sea, bandurrias 1ª y 2ª, laúdes y guitarras, esto es, lo típico y tradicional en Aragón desde entonces.”

Sergio Sanz Artús

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