jueves, 4 de septiembre de 2014

BLAS LARRAYAD



Buenos días a tod@s!

Vamos a retomar las publicaciones de la temporada pasada, recordando y compartiendo con todos vosotros los artículos que el gran D. Demetrio Galán Bergua publicó en Heraldo de Aragón entre el 13 de agosto de 1961 y el 13 de enero de 1963.

A la amabilidad de HERALDO debemos el poder ofrecer a los lectores y seguidores de nuestro blog la transcripción de esos artículos, indicando que contamos con la oportuna cesión, en exclusiva, de los derechos de reproducción, cedidos por su Archivo.

Esta semana, nos vamos hasta la localidad de Fuentes de Ebro para recordar a Blas Larrayad “El Pitorro”, y cuyo artículo fue publicado el Domingo 17 de Septiembre de 1961.



BLAS LARRAYAD, “EL PITORRO”, DE FUENTES DE EBRO.

LOS PITORROS
El origen del apodo <<Pitorro>> data del día en el que se casaron los abuelos de Blas Larrayad famoso jotero de la villa de Fuentes de Ebro. Cuando la feliz pareja, después de contraer matrimonio, salió de la iglesia de Fuentes, todo el vecindario tuvo ocasión de admirar la atractiva figura de los recién casados que eran dos magníficos ejemplares de constitución física, de reciedumbre, simpatía y prestancia baturra. Pero lo que más llamaba la atención era la elevada estatura de ambos, lo bien plantados que quedaban cuando se detenían para corresponder a los saludos de la gente, y, sobre todo, lo derechos que iban cuando caminaban hacia su domicilio. Ante aquellos buenos mozos, el comentario de los espectadores fue unánime. Pocas veces se ven parejas semejantes. Y, naturalmente, entre las ocurrencias – todas gratísimas- de unos y otros, no podía faltar el aragonés humorista que exclamó: <<¡Alabaú siá Dios, que tiesos y que drechos van los dos! ¡Si paicen talmente dos pitorros!>>. Y ya, desde entonces, el abuelo de Blas fue <<Pitorro>>; el padre, <<Pitorro>>; <<Pitorro>>, él; un hermano suyo que no ha podido llegar a <<Pitorro>> y le llaman <<Pitorrico>>; y el hijo de Blas Larrayad, que tiene treinta y tres años y, hasta ahora, en <<Pitorrico>> se ha quedado, pero que ascenderá de categoría <<Pitorril>> el día que el actual jefe de la dinastía deje de existir, cosa que a Dios pedimos tarde mucho, aunque a juzgar por su temple, fortaleza, animo, salud a prueba, alegría y optimismo, lleva trazas de hacerse, por lo menos, centenario.

<<PITORRO>>, EL JOTERO
La figura jotera de Blas Larrayad ha sido – a mi modo de ver ciertas personalidades representativas- la de un verdadero arquetipo. Quizá por su complexión ciclópea, amplio tórax, testa impresionante, brazos fuertes y musculosos y remos inferiores hercúleos y bien posados, de la impresión de un ejemplar vasco. Pero aparte de su físico o estampa corporal que, un poco menos grueso – tirando a enjuto-, podría compararse a uno de los más selectos tipos aragoneses pirenaicos, todo en él corresponde a un hombre que rezuma baturrismo sano, de pura cepa. Es noble en todos sus actos; es seco y dura al hablar cuando ha de regir sus actividades, pero se torna afable, cariñoso en su vida afectiva junto a familiares y amigos. Y, como jotero, es humilde, sencillo, modesto, asequible, condescendiente, prodigo cuando llega la hora de complacer. En el campo de la Jota es un admirable intérprete de las tonadas clásicas. Canta sin afectación, con naturalidad, sin alarde alguno, sin <<pose>> de divo, sin petulancia.
La voz de << Pitorro>> a sus sesenta y dos años, no es, lógicamente, la misma que la de hace varios lustros; menos, todavía, como la de su juventud, pero conserva cierta frescura y no deja de cantar con brío, ajuste y afinación. Por su fraseo, por su matiz en la expresión, nos recuerda a Cecilio Navarro. 



©Archivo Heraldo de Aragón

AQUELLA NOCHE
La última vez que oí cantar al <<Pitorro>> fue hace dos años, en Fuentes de Ebro. Se organizó una rondalla a base de guitarras y requintos tañidos por los veteranos Clavería, Baldovino, Blas Ramón y Cerezo, con editamiento de la pandereta magistralmente manejada por el <<Naico>>, y el <<Pitorro>> al frente. Con ellos, y en unión de autoridades, vecinos y forasteros, tuve el placer de recorrer la villa desde media noche hasta el alba. Fue una noche memorable. En cada esquina, calle, plaza, plazuela y rincón, una parada y el <<Pitorro>> en acción, animoso, seguro, maravilloso, incansable, desgranando copla tras copla las exquisiteces de su repertorio. La Jota de ronda triunfaba, en su Meca. Las mozas de Fuentes, guapísimas, alegres, sonrientes, dichosas al ser gratamente sorprendidas, se asomaban a ventanas y balcones. Algunos viejicos y viejicas dejaron el lecho añorando felices tiempos lejanos. Las dueñas de casa abrían los portales para allí obsequiarnos con bandejas de pastas y vino rancio en jarras y porrones. Los chiquillos, saltando de gozo, se unían alborozados a la manifestación popular. Una completa y típica noche de ronda aragonesa que durante más de dos horas nos llenó de satisfacciones, de emociones, de recuerdos…
Amanecía ya. El manto de la aurora se extendía con su claror sobre la villa jotera. Aquella jornada, reciamente representativa de Aragón dio fin ante la casa nativa del incomparable jotista Santiago Lapuente. El <<Pitorro>>, visiblemente emocionado, elevando su testa que la luna plateaba, rasgo el aire tibio de aquel despertar del día para ofrendar a la memoria del que fue su maestro esta copla dictada por el alcalde de Fuentes.
En jotas aragonesas
ganarnos que nadie cuente
porque aquí dejo su savia
el gran Santiago Lapuente.

AUTOBIOGRAFÍA
De tal magnitud espiritual, de tan insólita afición, de tanta significación racial y ejemplaridad personal son las declaraciones con que a mi interrogatorio ha respondido el veterano cantador de Fuentes de Ebro que, sin dudarlo, voy a reproducirlas íntegramente en la <<Galería de la Jota>> de Heraldo de Aragón.
<<Blas Larrayad Molinos>>. Nací en Fuentes de Ebro, el día 30 de Julio de 1899.- desde niño sentí gran afición por la Jota, recibiendo las primeras lecciones de nuestro inolvidable gran jotero Santiago Lapuente. Debuté oficialmente en el Teatro Parisiana de Zaragoza.- A la edad de veinte un años, cumpliendo el servicio militar en Barcelona, fui llevado por mis jefes al Hipódromo, donde canté al Rey Alfonso XIII, quedando su Majestad profundamente emocionado al escuchar nuestra bendita Jota, ordenando a continuación se me concediese un mes de permiso. Actuó la Banda de Música de Cazadores, y entre otras coplas dedicadas al Rey y oficiales entoné la siguiente:
Por defender mí patria
a mi madre abandoné.
Qué pena pasa el que tiene
dos madres que defender.
Allí, en Barcelona, seguí cantando en el Centro Aragonés durante dos años, todos los sábados sin interrupción, alternando con otras actuaciones en el Teatro Apolo.- Posteriormente recorrí todo Aragón y la mayor parte de las provincias españolas.- En el año 1928 fui invitado por los mozos del barrio de Montañana, en donde permanecí dos días, cantando durante las cuarenta y ocho horas, una copla por cada torre – unas doscientas cincuenta-, acompañando de la rondalla de Florencio Santa María.- A la entrada de la plaza canté la copla clásica que atronó el espacio y a todos puso los pelos de punta:
En la plaza se oye gente
y en la plaza hemos de entrar;
pena de la vida tiene
aquel que se vuelva atrás.
Ni que decir tiene que en la plaza entramos todos. ¡Eso hubiera faltado!. Y se nos recibió con una gran ovación.
En Quinto de Ebro, haya por el año 1919, estaba terminantemente prohibido salir a cantar o a rondar por las noches. Una vez, a las dos de la madrugada, cogí mi guitarra y en solitario fui cantando hasta llegar a la puerta del alcalde, que entonces era Don Blas Abenia, dedicándole esta copla:-
Esta noche rondo yo,
haga claro o haga nublo,
 y he de romper la guitarra
en la cabeza de alguno.
¡Se armó una tremolina!... Varios vecinos salieron a la calle, otros se asomaron a los balcones, acudió el alguacil, intervino el alcalde y cuando ya estaban a punto de detenerme sonaron grandes aplausos para mí, me dejaron en liberta, y así se remató el asunto.
Hoy, a mi edad, me considero con más afición que nunca, y estoy dispuesto a cantar y a defender a mi Jota donde haga falta. No me hago ilusiones, pero creo que aunque me quedan muchas facultades. ¿Qué no canto como cuando era mozo?... Bueno… ¿Y qué? Pero me apuesto cualquier cosa a que nadie pone más cariño, más corazón y más alma que el <<El Pitorro>> cuando se dice: <<¡A rondar se ha dicho!... Y que no me vuelvo p’atrás ni que llueva, ni que nieve, ni que caigan esbuzos>>
Estas son las interesantísimas declaraciones de <<El Pitorro>>. Y para colofón, éstas son sus últimas palabras:
-          A mí me faltó mi madre siendo joven. Pero otra madre me recogió y ésta sí que la tendré hasta que me muera. Mi madre hoy es… ¡La jota aragonesa!.

Demetrio GALAN BERGUA.

El próximo artículo va dedicado a una de las grandes cantadoras de toda la historia, nacida en 1900.

Si os digo que se casó con el “Trajinerito”, ¿sabríais decirme de quién estamos hablando?

Sergio Sanz Artús

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